Se acerca el tiempo de Su venida
con el Si de la Virgen dado
a la llamada del Ángel que aquel día
sumisa María aceptó de buen grado.
Es un tiempo de preparación que medita
el bendito misterio encarnado
que aguarda confiado, sin prisa
la llegada del Fruto Sagrado.
Y así otro año más se realiza
la promesa del Mesías esperado
anunciando la liberación que profetiza
aquella brillante estrella de antaño.
Preparémonos sin miedo, con alegría
adornando los corazones cansados
en la Esperanza siempre prometida
de la redención de nuestros pecados.
Y así, trabajando cada día
con propuestas sencillas de cambio
preparamos con gozo y alegría
el encuentro con el Niño amado.
Y la Estrella de Belén de nuevo nos guía
como cada año que celebramos
la dulce espera del Amor de María
que al pie del portal, juntos, adoramos.
29 de
noviembre de 2013
José Antonio Bedmar Redondo
