jueves, 23 de enero de 2014

BUSCANDO LA ESENCIA

Encontré una mirada mojada
al compartir palabras tenebrosas
recordando ilusiones añoradas
¡¡en lechos de miel y rosas!!
Busqué en las palabras olvidadas
caricias de promesas rotas
canciones que suenan cansadas
¡¡se quedan dormidas las notas!!
Encontré un temor en el alma
escondido detrás de las rocas
que forman murallas sin habla
¡¡Ni el viento erosiona y derrota!!
Busqué oraciones que hablaran
por mí, al Señor, de mis cosas
pidiendo misericordia y calma
¡¡Cálido Amor que no se agota!!
Encontré la fuente donde mana
la leche y miel de aquellas rosas
 los gestos de la vida que proclaman
¡¡dar la vida sin la derrota!!
Busqué rendirme a sus enseñanzas
otro día, otro intento, otra flora…
Poder asomarme a la ventana…
¡¡Más olores, más vida, menos cosas¡¡
Encontré la Paz que se proclama
al cantar la canción amistosa
y mirar sus ojos cada mañana
¡¡tomar su vida, sus manos, sus formas…!!

23 de enero de 2014

José Antonio Bedmar Redondo

viernes, 17 de enero de 2014

NO SÉ

No sé secar las lágrimas
que provocan desaliento
si hay noticias que salan
el sensible corazón sin dueño.
No sé quitar palabras
que provocan inocuos versos
¡¡te quieros  que no dicen nada
lanzados en medio del viento!!
No sé parar las aguas
que brotan de las fuentes del cielo
ni sentimientos encerrados en nada
¡¡ni retener instantes en el tiempo!!
No sé cerrar el alma
buscando un amor ciego
cantando canciones que matan
al nacido sin poder serlo.
No sé callar el habla
cada día cuando veo
las injusticias que se jactan
de ser justas por su hecho.
No sé llorar con lágrimas
que nublan el entendimiento
ante el dolor ajeno que clama
de mis manos un te quiero…
No sé gritar humilde, en la mañana
la oración que envío al cielo
ni abrir mis manos que exclaman
sus caricias, sus labios, sus besos…
No sé rendir el alma
¡¡no sé, no puedo!!
Si me apoyo sólo en mis fuerzas
si dejo a Dios en el cielo.
17 de enero de 2014

José Antonio Bedmar Redondo

jueves, 16 de enero de 2014

LUCERO DEL ALMA

Lucero que abrasas la mañana
con tus manos siempre extendidas
quemas con tu amor por donde pasas
¡¡sacias la sed que no se quita!!
Brilla tu luz con el que clama
justicia con voces perdidas...
Escuchas los silencios del alma
que nacen en las miradas amigas.
Lucero que anuncias tu llegada
rompiendo la oscuridad maldita
como el eco rebota en las montañas
con sonidos de amores que gritan.
Tu Luz siempre nos acompaña
aunque en la mirada esté cautiva.
Nos llenas de Amor, nos amas
¡¡renace de nuevo por ti la vida!!

16 de enero de 2014
José Antonio Bedmar Redondo

domingo, 12 de enero de 2014

SILENCIOS QUE MATAN

¿Qué se esconde detrás de la mirada
que perdida se encuentra escondida
en el horizonte, inútil, aletargada
gritando en silencio, sin salida?
¿Dónde quedan las lágrimas saladas
que a veces corrían por las mejillas
como ríos que llenan de oro y plata
sentimientos y recuerdos de la vida?
¿Dónde quedan selladas las palabras
que recibimos del ritual que prometía
unirse a Dios en Santa Alianza
sin comprometer nuestra vida?
¿Dónde queda el amor, si no pasa
abrasando hasta cambiar, perdidas,
las miradas, lágrimas y alianzas
si al final lo hago todo mentira?
¿Por qué se esconden tras las máscaras
las palabras que antes sabían
hablar con hechos que regalaban
amores sin buscar contrapartidas?
¿Por qué la nociva rutina desata
la eterna contradicción maldita
entre hecho, razón y palabra
entre el amor y el odio que habita?
¿Cuándo romperemos el silencio que mata
todas las ilusiones  que tenían
las almas, que antaño de niños jugaban
a amarse en lo sencillo con alegría?
¿Hasta cuándo aguantaremos con calma
permitiendo alrededor las injusticias
bajando al enfrentar las miradas
dejándonos morir en vanas filosofías?
Nos escondemos detrás de la “masa”
en  decisiones que no son de justicia
evitando así dar la cara…
¡¡sin verdad, sin amor, sin alegría!!

12 de enero de 2014

José Antonio Bedmar Redondo

miércoles, 8 de enero de 2014

LA SILLA VACÍA

Cada mañana me saludabas
al pasar el auto por aquella esquina.
Sonriendo con una tierna  mirada
¡¡con las manos siempre extendidas!!

Hablábamos sin cruzar palabras.
Con tus ojos así me decías:
¡¡Ayúdame amigo que pasas
sonriéndome al nacer el día!!

Cada mañana tú comenzabas
¡¡Sin importarte si algo decían!!
con oraciones, rezando al alba
pidiendo a Dios su compañía.

Miguel dijiste que te llamabas
al detener el auto aquel día
¡¡juntando nuestras manos al alza
nos fundimos en una bella sonrisa!!

Hablamos un rato de cosas vanas
la procedencia, la vida la familia…
Tus ojos reflejaban la añoranza
de sus manos, palabras y caricias…

Y a así cada mañana que pasaba
con  el auto por esa esquina
más allá de la cómplice mirada
¡¡compartíamos algo más que la sonrisa!!

Una oración que juntos comenzaba
en un mismo sentir que al cielo pedían
mejorar el presente borrando la nada
sentir del prójimo su cercanía.

Pero hoy al pasar por la mañana
solo pude ver el hueco que cedía
el espacio aquel que ocupabas
meditando al comenzar el día.

Recuerdo, así, aquellas palabras
que tu mirada provocaban encendidas…
¡¡regreso a mi país, vuelvo a casa
me espera con inquietud mi familia!!

Así paso, en mi auto, cada mañana
mirando el rincón que aún tenías
y un recuerdo entrañable sacude el alma
viendo allí olvidada, tu silla vacía...

8 de enero de 2014

A Miguel. Una persona sensible y sencilla que compartía con todo el que se paraba  la esencia viva de Dios, por su sencillez y cercanía. Siempre te llevaré en mi recuerdo.


José Antonio Bedmar Redondo