Que no nos engañen
las luces de neón
anunciando
mensajes con sorpresas
regalos,
amistad y aparente ilusión
que dejan el
alma con falsa espera.
Que no
falsifiquen la ilusión
si lo
envuelven todo en una quimera
dejando a un
lado al redentor
acostado en
un portal cualquiera.
Que no
engañen las luces de neón
ni los
cantos secretos de sirenas
¡¡que en Belén
nació el Redentor
humilde y sin
pañales, en la Tierra!!
Es ahora el
tiempo de la redención
anunciando
el nuevo fin de la condena
¡¡humilde,
sagrado, en sumisión
liberando al
mundo de la pena!!
Es la Natividad de Nuestro Señor,
el encuentro
que ahora llega,
sin regalos,
ni luces ni ostentación
que confundan
la visión de su entrega.
Y en su
humilde pesebre recostado
con paciencia,
en Belén espera.
que nos
acerquemos en adoración,
más allá de
luces y fiestas.
8 de
diciembre del 2018
José Antonio Bedmar Redondo