Me gusta jugar con las palabras
y que cuenten cosas sobre la vida
que no se queden encarceladas
ni que el tiempo las considere perdidas.
Ellas juegan en mi mente, encerradas,
mostrando la desnudez, abatidas,
hablando sin mediar palabra
del sentimiento que las motiva.
A veces se duermen refugiadas
y se quedan esperando distraídas
que el baúl de la mente que las afana
juegue con ellas y las escriba.
Surcan fugaces y aflechadas
el cielo terreno que las medita
clavándose en lo profundo del
alma
del que lo lee, siente y cavila.
A veces han llorado, liberadas,
y en la noche negra encendidas,
¡¡como pequeñas luces del alba
iluminando el camino de salida!!
Otras han mostrado la alabanza
al Dios eterno que nos da la vida
con alegría, humildad, templanza…
¡¡ consuelo que siempre alivia!!
Me gusta jugar con las palabras
con ellas mi vida se consolida
al entregar el dolor en alabanza,
al mirar mis manos vacías,
al retar al miedo que me ataca
que me impide vislumbrar la huida…
Y jugando a formar palabras
escribo la piel mía.
