He
vuelto a mirar el fondo de los azules lagos
y
he querido hacerlo despacio, con otro mirar
sin
posiciones que equivoquen mis exiguos pasos
descubriendo
un mundo alegre, claro, por sondear.
Mirar, y con
la mirada del amante afectuoso
sentir
las caricias apacibles del caminar
coloreando
lentamente todos esos abrazos
donde
se funden serenos el océano y el mar.
Y
con la brisa serena que generan Sus manos
fundirnos
campo y semilla, orilla y mar...
¡¡Olvidando
los insondables abismos cerrados!!
que
obligaron, sin razones, el camino a desviar!!
Y
al mirar el fondo nuevo de los azules lagos
¡¡con
manera sensible y dulce de mirar!!
Y en
su nuevo chispear, sintiendo los abrazos
fortalecer las entregas nuevas al amar.
José
Antonio Bedmar Redondo