jueves, 30 de abril de 2020

DEL DESTIERRO A LA VIDA




Pasa el tiempo del terrible destierro
sin poder vivir protegida el alma
marcada siempre por desapegos
que evitan roces que encariñen con calma.

Y esos abrazos y besos que ansían su escapada
recuerdan el paso del tiempo, de Jesús, su retirada.
Allí, lejos del hogar y sentimientos,
donde la vida no es vida a los ojos de la nada
allí renace la promesa y el consuelo
de un Amor  prometido que nunca falla.

Ahora, es tiempo de unirse en oración
mostrando la cara tímidamente solidaria
desgarrando en girones el corazón
por el dolor que el destierro clama.

Y así sigue cada día este tormento
con sed y hambre en el mañana.
¡¡Tiempo de vivir sin sacramentos
que toquen la fibra del alma!!

Más por la noche, al mirar el Cielo,
¡¡rezando juntos con la mirada!!
del desierto nacen esos Luceros
que guían y estremecen el mañana,
¡¡Promesas del Dios eterno
que cumple siempre su Alianza!!

Y hoy vienes a nuestro encuentro
llamando a las puerta de cada casa
transportado por noble  mensajero
¡¡Dios se hace presente en las almas!!

Y del silencio de la nada, surge la vida
¡¡A pesar de no ver nada!!
A pesar de los sufrimientos,
nos muestras que tú, en el desierto, ya estabas.

A D. Eulalio, con gratitud.
A Enrique Ayuso, portador de Buenas Noticias

30 de abril de 2020

 José Antonio Bedmar Redondo