AL PIE DEL PESEBRE

Quizás por el devenir de los tiempos

que se empeña en ocultar el sonido del amor

y mantienen acalladas, con gritos, las manos

de gestos que muestren y hablen su pasión.

Quizás porque ya no se habla del cielo

por boca de su más humilde seguidor

al perder las tenues caricias de los dedos

que  pronuncian calladamente el perdón.

Quizás porque en los brillos se ocultan miedos

brillando con mentiras, engañando con su fulgor.

Enseñan y hablan mostrando falsos sueños

que se nutren maliciosos por falta de amor.

Quizás ahora que viene la Estrella de nuevo

que recuerda que Cristo en la tierra nació

se abra de nuevo por Amor el Cielo

y al pié del pesebre me encuentre yo.

20 de diciembre de 2019                             José Antonio Bedmar Redondo

OLVIDO Y REGENERACIÓN

Se me olvida sonreír a mi enemigo

que me insulta infame con su mirada

y me quema en silencio con litigios

¡¡rompiendo la alegría que soñaba!!

Se me olvida sonreír a quien critico

si me hiere también con sus palabras

y con sus gestos, que aumentan mi suplicio

¡¡quebrando la voluntad que anhelaba!!

Se me olvida sonreír a mis amigos

¡¡que se empeñan en volar sin alas!!

de mano del único Dios Vivo

que entrega sin reserva su Substancia.

Se me olvida el bendito mensaje divino

que promete fidelidad en las trabas

siendo Él la Vida, Verdad y Camino

que sin condiciones, siempre enseñaba.

Se me olvida olvidar en este camino

que ni hechos ni  palabras humanas

quiebran la esperanza del destino

si estoy firme en su Amor y enseñanzas.

Se me olvida perdonar para el olvido

y ando siempre con rocas pesadas

¡¡que más allá de sentir alivio

me arrastran y quiebran el alma!!

Se me olvida, que Sus manos son el abrigo

¡¡y que sana con solo la mirada!!

y me abraza cuando le pido auxilio

y en el perdón se regenera la calma.

Se me olvida sonreír a mi destino

¡¡Que por mis manos no parece nada!!

Y en esa nada que parece estío

resurges siempre en la madrugada.

Se me olvida que tú eres el refugio

que sana lo que mi mente clama

y sonríes contagiando al mundo

clavado en una Cruz Soberana.

22 de agosto de 2019

José Antonio Bedmar Redondo

A MARILÓ (You’re Beautiful de James Blunt)

Suenan los inicios de esta sublime canción

y como en un sueño, arrebatado del cielo,

te presentas a mi lado sonriendo,

llenando la vida de grandes recuerdos.

Fueron tus palabras de ánimo y aliento

las que llenaron entonces mi descontento.

¡¡Menospreciado por otros, presumiendo

del tanto vales por lo que tengo!!

Pero tu marcabas la pauta, motivando al tiempo.

Dándole las pausas necesarias con delicados silencios,

quitando importancia de todo aquel talento

que menospreciaba al hombre, sin alma, sin tiento.

Siempre te enfrentaste a la vida dando ejemplo

¡¡Quitando importancia al sufrimiento!!

Con una sonrisa siempre marcada de reflejos

por muy duros que fueron los momentos.

Por eso ahora te trae a mi presencia el tiempo

al son de la notas de esta canción que escucho y siento

como suaves caricias etéreas de tu mirada

que alientan cada día, como en un sueño, tu recuerdo.

18 de agosto de 2019

A Mariló, siempre en mi recuerdo      José Antonio Bedmar Redondo

SONREÍR, OLVIDAR, PERDONAR

Se me olvida sonreír a mi enemigo

que me insulta infame con su mirada

que me quema con silencios y litigios

que rompen la alegría que anhelaba.

Se me olvida sonreír a quien critico

y que me hiere también con sus palabras.

¡¡Con sus gestos inflaman mi suplicio

y rompen la paz que soñaba!!

Se me olvida sonreír ante el indicio

¡¡de quién persigue la humillación descarada!!

inundando el suelo que piso

con palabras que ahogan el alma.

Se me olvida predicar a Cristo,

¡¡que resucita siempre en la mirada!!

cuando prodigo el odio sin motivo

por ese Amor que todo cambia.

Se me olvida, perdonar al enemigo,

a pesar del perdón que se encontraba

allí en aquella tumba de Cristo

que cuidaba la piedra rodada.

Se me olvida el perdón en el camino

que paso a paso se enmaraña

más allá de la entrega sin sentido

más allá de la resurrección esperada

Se me olvida sonreír con un guiño

ofreciendo cada día, cada mañana

las manos vacías de mi destino

al eterno perdón de Su mirada.

1 de mayo de 2019

José Antonio Bedmar Redondo