Se han cumplido ya
cinco años
que alzaste tu
vuelo desde la tierra…
Caminabas, ya libre,
entonando
los cantos de la
alabanza terrena.
Tu recuerdo quedó
impregnado
en cada rincón que se
muestra
¡¡imágenes que proyectan
tus pasos!!
¡¡Imágenes que
tocar quisiera!!
Escucho con placer aquel
canto
de aquella guitarra
dulce que suena…
Y tu imagen aparece
a su lado
escuchando al
abuelo cantar saetas.
Son ellas las que
provocan aquellos abrazos
de mis recuerdos
infantiles que nacieran
en aquella casa
imborrable de antaño
de la que ya no
quedan ni fotos, ni piedras…
Han pasado, padre,
ya cinco años
y sigues vivo,
perenne, tras la niebla
que provoca el triste
susurro helado
del viento que llega
empujando penas.
Y ahora se agitan, ajenas,
luchando,
buscando de nuevo arrebatar
de su presa
los ríos que nacen
de aquellos espacios
que el recuerdo
marca dejando huella.
A mi padre In Memorian
25 de febrero de 2014
José Antonio Bedmar
Redondo