jueves, 25 de abril de 2013

MI ÁNGEL DE LA GUARDA


Mi ángel aviva, sin miedo, las miradas
levantadas con cariño hacia el cielo…
Mi ángel, alivia del paso, las pisadas
del camino brusco que no veo…
Mi ángel levanta, por amor, las palmas
de sus manos ofreciendo su consuelo.
Mi ángel tiene siempre unas palabras
de ánimo que quitan el desprecio
que este mundo siempre proclama
y nos vuelve inicuos y perversos.
Mi ángel,  con nombre de María,
provoca en sus miradas sonrisas y besos.
Mi ángel, te habla con el alma
compartiendo la vida desde el silencio
ofreciendo algo más que miradas
¡¡auxiliando en lo que no tengo!!
Mi ángel ofrece más que palabras
con su vida dando ejemplo
y evoca, en su nombre, el alma
y el significado del mismo cielo.
Mi ángel, al levantar la mirada,
buscando un apoyo discreto
ofrece siempre sus manos en calma
con bendiciones que no merezco.
Y siempre en él, encuentro la pausa
que interpela a este amor ciego
que va más allá de las lágrimas
y que calma con su Consuelo.


A esos ángeles de la guarda que se cruzan en nuestras vidas.
José Antonio Bedmar Redondo

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