Como el alfarero trabaja con sus manos
modelamos a nuestro antojo toda la vida
procurando deseos oscuros y vanos
llenando de engaños la mente nacida.
Pero el Alfarero elabora vasijas de barro
y cocidas al fuego, endurece la arcilla.
En ellas se conservan el vino y el grano
¡¡llenando de frutos despensas vacías!!
Modela con paciencia, evitando fallos,
corrige los pliegues, da forma sin prisa
deslizando incansable, en vaivén, sus manos
modelando lo inerte en formas sencillas.
Así actúa con nosotros el Espíritu Santo
insuflando por el Amor de Dios, da Vida,
incansable trabaja en el Torno Sagrado
corrigiendo los fallos de nuestra vasija.
Y no por ello desecha el seco barro
que se rompe al chocar, hecho trizas…
cada pedazo que toma en sus manos
regenera por Amor una nueva vida.
No importan las grietas “terribles” que tengamos
si por ellas compartimos el Agua Viva.
Si con Cristo el Señor nos encontramos
si es su mirada de Amor quien nos mima.
Y así, inútil vasija me proclamo
¡¡rota de Amor en mil rendijas!!
¡¡Se me escapa la vida entre mis manos!!
¡¡Me lleno de Amor cuando me mira!!
20 de
noviembre de 2013
José Antonio Bedmar Redondo
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