Como el sueño del
hombre indomable
que quiere ser señor
de su mundo
y con sus manos
realiza y deshace
desde lo más alto
a lo profundo.
Buscamos la
seguridad imparable
queriendo
controlar el futuro,
atando cabos que
se deshacen
por no poder formar
nudos.
Bebemos constante,
la vida del aire
sacando del
tiempo etéreo, su jugo.
Almacenando objetos
que valen
el importe de la
nada, seguro.
Programamos la
vida estable
con trabajo y
dinero de humo
que se esfuman y
se contraen
sin dejar a su
paso rastro alguno
ante problemas y
hechos que nacen
rompiendo la
seguridad ¡¡inoportunos!!
quemando los
sueños que arden
con lágrimas que
añoran el consumo.
Sólo Dios está
siempre al rescate
al paso de los
años del mundo
que creó por Amor
inmutable
el tiempo que nos
da el fruto.
Él gobierna con
poder el Hades
¡¡ los Avernos
más profundos!!
Y engrandece a
quien le satisface
en su obrar
humilde y fecundo.
No se pueden fraguar
los planes
¡¡como aquel
mayoral iracundo!!
que almacenó
grano en centenares
y perdió la vida
en un segundo.
Sólo la
providencia de Dios nos vale
¡¡más que el
tesoro valioso y oculto!!
el único que no
cambia sus planes
de su Amor
inmenso y Puro.
9 de mayo de 2014
José Antonio
Bedmar Redondo
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