Suena el mar en su agonía
con gritos profundos de amargura
en sensibles pieles que se enfrían
en las aguas bravas y su espuma.
Huyen de la terrible sequía,
de un futuro incierto que augura
soledades, hambres y fatigas
de una vida aletargada y dura.
Buscan alimentar el cielo con risas
y quitar todo aquello que nubla
esperanzas derrotadas, con prisas.
¡¡ Ilusiones perdidas y oscuras!!
Pero el mar se alimenta con malicia
y en las barcas, la esperanza inunda.
¡¡ Maldita frontera de agua suicida
que quiebra las pieles con su bravura!!
Contradice el mar en su poesía
que con fallidas esperanzas oculta
falsos amaneceres que prometían
el horizonte nuevo que buscan.
A
todas esas personas que pierden la vida cruzando el mar en busca de una
felicidad y que por desgracia naufragan.
En
su memoria y recuerdo perpetuo.
25
de febrero de 2016
José Antonio Bedmar Redondo
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