sábado, 4 de agosto de 2018

ACEITE Y AGUA


Había perdido el camino
que anunciaba sencillo la esperanza
quizás porque deseaba que el destino
se editara siempre con mi arrogancia.
He gritado y maldecido
con los envites que me empujaban
a bajarme de lo alto al precipicio
¡¡ y dejar de ser en la nada!!
Mirar atrás y ver el camino
que dejé borrado sin vivir nada
arrastrado, despojado, perdido
¡¡eso veía yo en mi mirada!!
Más lentos pasaron los años, como el vino,
lentamente, fermentando el alma,
descubriendo en su esencia lo sencillo
por el profundo azul de su mirada.
Dejé de lamentarme por lo no conseguido
y pedí a Dios entregar el alma
que brotara por amor y cariño
aquel Sacramento que nos fusionaba.
Y así somos como los líquidos
que Cristo, con paciencia, unificaba
en líquidos contrarios y distintos
yo aceite, ella agua.

4 de agosto de 2018                  José Antonio Bedmar Redondo
“Efesios 5:25”
A Merche que lo anunció hasta la saciedad,

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