Se quedan, a veces, las palabras escondidas
esperando salir para explicar el alma.
Jugando en el pensamiento, sin salida
se escriben en el aire sin decir nada.
Se escapan, a veces, sonrisas furtivas
enlazadas en la mente, conjugando palabras
que riman los versos con esa alegría
que el recuerdo provoca sin decir nada.
Se quedan, a veces, las miradas perdidas
buscando recuerdos que llenan mañanas
buscando la luz se quedan y habitan
llenando la mente de imágenes vanas.
Se quedan, a veces, las manos frías
que impiden dibujarles a los versos ánimas
cuando el miedo les quita la vida
¡¡cuando el silencio mata palabras!!
9 de
octubre de 2013
José Antonio Bedmar Redondo
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