Qué pena me dan las
traiciones
que hacemos en cada
momento
ya sean miradas
provocando pasiones
o palabras
escondidas en el silencio.
Qué pena andar con falsas
celebraciones
de amores que
maltratan en destellos
gestos que
denuncian sin razones
el resto del año
sin querernos.
Qué pena provocan
las relaciones
que dejan oculto al
amor verdadero
y enlazan
esperanzas y pasiones
basadas en regalos
y dineros.
Que llanto ocultan
las relaciones
que no muestran el
cariño verdadero
y guardan para un
día sus emociones
dejando el resto
del año desierto.
Que lágrimas provoca
el desconsuelo
en la confianza y
cariño verdadero
mostrando interés perdido
y llano
en el traidor catorce
de febrero.
15 de febrero de 2014
José Antonio Bedmar Redondo
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