Dónde está la
verdad que proclamamos
y las enseñanzas
que esgrimimos
dónde la voz de los
que no han hablado
si luego en la morada
lo prohibimos…
Dónde está la
solidaridad que comunicamos
en las celebraciones
que compartimos
si con persecución
y miedo callamos
de la voz del
prójimo su hilo…
Dónde se anuncia
esa verdad sin engaños
si se usa el miedo
impuesto en el dicho
y se permite el
insulto y el maltrato
en razón de una
autoridad sin tino…
Dónde se proclama
el Amor con las manos
del mensaje de Vida
de Cristo
si se antepone por
la fuerza lo malo
humillando en el
trato si chillo…
Dónde surge el
perdón de los labios
y la misericordia
que compartimos
si no divinizamos
al humano
que el Espíritu de
Dios libre hizo…
Dónde está la
verdad si la callamos,
si bajamos la
mirada y admitimos
por razones de
amistad¡¡interés vano!!
falsear la verdad
al admitirlo…
Por qué tener miedo
en el trabajo
a defender la
dignidad del oprimido
la libertad de
hablar en el trato
sin tener miedo a
ser despedido…
Por qué representar
roles malvados
que van en contra
del Amor acogido
provocando desidias
y escándalos
muerte, inseguridad
y olvidos…
Dónde está la
verdad del consagrado
que hace uso
indolente de lo recibido
quemando imágenes
del resucitado
cuando trata a su
prójimo como enemigo…
¡¡Basta ya!! Desde
aquí proclamo
que mi silencio no
pase inadvertido
que mi voz hable
por los que callaron
y mis palabras
protejan al oprimido.
¡¡Basta ya!! Desde
aquí reclamo
cambiar el mundo en
que vivimos
vivir con hechos,
como el samaritano…
¡¡Tratando al
prójimo como uno mismo!!
3 DE FEBRERO DE 2014
José Antonio Bedmar
Redondo
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