domingo, 2 de octubre de 2011

A MARÍA REDONDO HENARES ( A MI MADRE)

¡¡Hoy quiero, madre, brindarte el alma!!
al recordar con cariño este entrañable día
y dedicarte estas torpes palabras
que animen la esencia de tu vida.
Como el árbol lo hace con sus ramas
nos has brindado siempre tu armonía.
Extendiendo en tus raíces la mirada
de tu entrañable y dulce compañía.
¡¡Amor sublime de madre que desatas
sentimientos de Nuestra Madre María!!
En Devoción y respeto dedicada
a lo entrañable y firme de la familia.
Has sido el complemento que destaca
en sus manos siempre la caricia
el perdón, la entrega, el alma…
los abrazos, las miradas, las risas…
Te has sentido siempre cuidada
por la mano de Dios, que no te olvida,
siendo la voz  del que siempre calla…
¡¡ defensora de las injusticias!!
Nos enseñaste apoyar al más frágil
 y que con Su Amor ya no hay codicia...
¡¡ Que hay que quebrar la afonía
que provoca el olvido y la nada…!!
Siempre te vi con el más débil
¡¡y de injusticias nunca respetada!!
pero siempre humilde hacia el cielo
has levantado la mirada.
Y en Él encuentras siempre el consuelo
un gesto, una oración una palabra…
que acoges con cariño tierno
en lo más hondo de tu alma.
Toda llena de emociones
tengo cubierta mi ánima.
Me enalteces los sentimientos
¡¡mi amiga, mi maestra, mi mama!!
Y aunque el tiempo se empeñe en recortar
y que lento se va posando en tu esencia…
tu espíritu siempre respira Libertad
de un Amor que todo lo llena.
Hoy no quiero, Madre, jugar con las palabras
sino dejar, de tu recuerdo, viva la esencia
que va marcando profunda mi alma,
¡¡golpe a golpe, verso a verso!!
en cada palabra, en cada letra.

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