lunes, 22 de julio de 2013

MARÍA MAGDALENA


Llegó de madrugada a su destino
buscando la tumba de su amado.
No encontró lo que había perdido
¡¡Piedras que ocultan al bienaventurado!!
No daba crédito a lo que había visto
sus ojos lloraban desconsolados.
Miraba y miraba por cada sitio
buscando el cuerpo del crucificado.
Dos ángeles custodiaban el recinto
que antes a Jesús había albergado
¡¡ Con lágrimas que caían en finos hilos
pedía con insistencia ver al que mataron!!
-¿Dónde lo habéis puesto?¡¡Decidlo!!
Me llevaré su cuerpo a mi lado.
Él ha sido todo lo que he vivido.
¡¡Infinito amor encontrado!!
-¡¡Mujer!! Escuchó la voz que dijo
¿A quién buscas? siguió en tono alto.
-Busco al hombre que me ha querido
y en lo profundo de mi ser, perdonado.
-No sigas buscando su cariño
¡¡María!! ¡¡He resucitado!!
No toques aún mi cuerpo baldío
con el Padre todavía no he estado.
Sus ojos abiertos parecían ríos
de su corazón la alegría apoderado.
Lo que antes era tristeza y frío
en promesa profunda transformado.
-Ahora vuelve con los míos
y manifiesta que he resucitado.
Se cumple así la Palabra del Dios Vivo
¡¡Ánimo!! La Buena Nueva ha llegado.
Cuéntales que se pongan en camino
que en Galilea volveré a encontrarlos.
Allí vendré con Espíritu Divino
que llenará vuestros corazones cansados.
María lo observaba con cariño
con pálpitos en su corazón renovado.
Corrió sin parar hacia sus amigos
la Buena Nueva que había encontrado.
Ya no le importó separarse del Divino
Redentor que le había hablado.
Corrió como sólo el Espíritu puede permitirlo
si encuentras en tu vida al Resucitado.
Y en esta historia que he escrito
en honor de María, he pensado,
como ejemplo de constancia y ahínco
¡¡Nunca dio por perdido a su amado!!
Así debemos mostrarnos sus discípulos
cuando en las pruebas, a veces, dudamos
si fue verdad aquello que recibimos,
si con lágrimas, como María, lo buscamos.
Y sólo así se encuentra el camino.
Perseverando en un Amor Sagrado
con la promesa que hizo Cristo…
¡¡A Galilea caminemos esperanzados!!

22 de julio de 2013
Capítulo 20 de San Juan
Capítulo 28 de San Mateo

Capítulo 16 de San Marcos
José Antonio Bedmar Redondo

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