Como un suspiro que
alegre vuela
aleteando por labios
entreabiertos.
Como una mirada
perdida
se adentra en el
universo.
Como cada día que
comienza
a pedir un cielo
eterno.
Como cada noche que
siembra
de sonidos un nuevo
juego.
Como siembra la
muerte la vida
arando en campos
nuevos,
llegaste como siempre
aquel día.
¡¡Cruzaste el umbral
sin quererlo!!
Y en el dolor de la
vida
que nos mueve sin
saberlo
corrieron pidiendo
ayuda
¡¡María yacía en el
suelo!!
Fueron las manos amigas
las que por ti
pidieron.
La voz de alarma ya
fue dada,
tu corazón no pudo verlo.
Y pidiendo al cielo
con ansias
de un renovado
esfuerzo
volviste de nuevo a
la vida
¡¡OH esperado
consuelo!!
De nuevo cruzaste el
umbral
de las manos de los
médicos.
María por fin respira.
¡¡Esta estable, la
tenemos!!
Tu vida aún tenía
un hálito de espíritu
nuevo
¡¡Espíritu de Dios
que nos guías
mírala con gran
consuelo!!
Que tu amor, que todo
lo cuida
la renueve con tu
amor por dentro.
Ahora solo espero
María
que este escrito que
te entrego
lo leas en compañía
de todos los que por
Ti pidieron.
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