viernes, 6 de agosto de 2021

A MARÍA ARTILLO (una esperanza)


 

Como un suspiro que alegre vuela

aleteando por labios entreabiertos.

Como una mirada perdida

se adentra en el universo.

Como cada día que comienza

a pedir un cielo eterno.

Como cada noche que siembra

de sonidos un nuevo juego.

Como siembra la muerte la vida

arando en campos nuevos,

llegaste como siempre aquel día.

¡¡Cruzaste el umbral sin quererlo!!

Y en el dolor de la vida

que nos mueve sin saberlo

corrieron pidiendo ayuda

¡¡María yacía en el suelo!!

 Fueron las manos amigas

las que por ti pidieron.

La voz de alarma ya fue dada,

tu corazón  no pudo verlo.

Y pidiendo al cielo con ansias

de un renovado esfuerzo

volviste de nuevo a la vida

¡¡OH esperado consuelo!!

De nuevo cruzaste el umbral

de las manos de los médicos.

María por fin respira.

¡¡Esta estable, la tenemos!!

Tu vida aún tenía

un hálito de espíritu nuevo

¡¡Espíritu de Dios que nos guías

mírala con gran consuelo!!

Que tu amor, que todo lo cuida

la renueve con tu amor por dentro.

Ahora solo espero María

que este escrito que te entrego

lo leas en compañía

de todos los que por Ti pidieron.

 

20 de marzo de 2006

José Antonio Bedmar Redondo

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